Los implantes dentales son un producto sanitario que se emplea para sustituir la raíz del diente. Sirven para hacer de soporte de los nuevos dientes fijos.
Están realizados por medio de materiales que son biocompatibles, por lo que no producen rechazo, al tiempo que hacen posible una total unión con el hueso.
Este tema ya lo hemos tratado en un artículo anterior, en el que te explicamos detalladamente qué es un implante dental.
El implante dental no es otra cosa que un tornillo pequeño de metal, normalmente de titanio, que se inserta dentro del hueso. El objetivo es que el hueso de esa zona crezca y acabe envolviendo al tornillo de titanio. De esta manera, se fundirán y pasarán a ser una sola pieza dental.
Antes de comenzar con el tratamiento de implantes dentales es importante una planificación exhaustiva de tu caso. Se comprueba cómo se encuentra el hueso con todo detalle.
La implantología es posible sin necesidad de que el paciente tenga que ser trasladado a un quirófano. Se lleva a cabo con anestesia local en la consulta dental. La colocación del implante consta, por lo general, de tres fases.
Antes y después de la cirugía hay que seguir unas pautas. No son complicadas, pero es mejor si solo tienes que hacerlas una vez. Minimizaremos, por tanto, las posibles molestias, olvidos en la medicación y la sensación de cansancio o alargamiento del tratamiento.
Fases del tratamiento de implantes dentales
En primer lugar, se introduce el implante en el hueso, dejándolo enterrado bajo la encía completamente. De esta manera, permanecerá protegido de cualquier tipo de infección mientras que se realiza el proceso conocido como osteointegración.
Este proceso no es más que la unión del implante con el hueso. Habrá que esperar entre dos y cuatro meses para poder pasar a la siguiente fase.
Tu vida diaria y tus horarios de trabajo sufrirán bastantes menos modificaciones. Una cirugía de implantes es corta y no suele requerir baja médica. No obstante, entendemos que trastoca tus quehaceres diarios. Multiplicar las visitas no tiene mucho sentido si puede evitarse. Tu tiempo es oro.
En segundo lugar, se realiza una incisión pequeña en la encía para realizar la comprobación de que la integración del implante en el hueso es la correcta.
Además, se conecta al implante el pilar de cicatrización, también conocido como pilar transepitelial. Este quedará de modo visible sobre la encía.
Cada implante necesita generalmente un periodo de 3 o 4 meses para integrarse. En el caso de tener que realizar varias cirugías, los tiempos se acaban multiplicando. Si no hay una razón de peso que lo justifique, lo mejor es hacerlos conjuntamente.
Por último, después de unas dos o cuatro semanas, se procederá a la colocación de los dientes sobre los implantes que ya se han integrado por completo.
Debes tener en cuenta que en estas fases juegan un papel muy importante varios factores como, por ejemplo, que tú, como potencial paciente, puedas padecer una enfermedad periodontal o que seas fumador. Del mismo modo, es relevante en todo el proceso el estado del hueso que servirá de soporte para el implante.
En muchas ocasiones se intenta llevar a cabo la colocación del pilar de cicatrización al mismo tiempo que se coloca el implante. De esta manera, es posible prescindir de una de las fases quirúrgicas.
Hay determinados casos en los que la cantidad de hueso del paciente no es la más adecuada. De ser así, hay que realizar antes de la colocación del implante una serie de elevaciones de seno o de injertos óseos. De esta manera, se consigue el grosor de hueso o la altura necesaria para emplazar los implantes.
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