Existen diversos hábitos, tics o costumbres que terminan por dañar tus dientes y por afectar a tu salud dental. A continuación, te comentamos cuáles son. Seguro que te sorprendes con alguno de ellos.
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Cuatro hábitos que dañan los dientes
Quizás pienses que tus dientes son muy resistentes y que los puedes utilizar para algo más que para masticar, pero debes tener en cuenta que un uso incorrecto puede provocar su desplazamiento o una pérdida de fuerza en la mordida que podría afectar a su correcta evolución. Para proteger mejor tu dentadura, no uses los dientes para:
- Cortar cualquier tipo de material. En ocasiones, cuando no puedes abrir algo que se te resiste, intentas morderlo provocando así que tus piezas dentales se desplacen y que tu esmalte se desgaste.
- Morderte las uñas. Puede parecer un contrasentido, no te puedes morder las uñas si no usas tus dientes, pero recuerda que con cada mordida estás desgastando tu mandíbula e incluso aumentando las posibilidades de que sufras bruxismo (rechinar de dientes).
- Morder un lápiz o un bolígrafo. Es síntoma de estrés y de ansiedad, a veces es un acto reflejo, pero al morder continuamente un objeto plástico o de madera estás casi lijando su parte más afilada y provocando un desgaste prematuro.
- Morder cubitos de hielo. Si padeces sensibilidad dental, aumentarás este síntoma. En caso contrario, no olvides que el hielo es demasiado duro y que podrías facilitar la caída de parte de tus dientes que, todo sea dicho, no están preparados para esta función.
Tres hábitos que dañan la boca
También existen ciertas costumbres que terminan no solo por dañar las piezas dentales sino también las encías. Se pueden resumir en las tres que ahora te describimos:
- Cepillarse los dientes demasiado fuerte. Si piensas que así vas a lograr limpiar mejor tu dentadura, te equivocas. Lo que vas a lograr es irritar las encías y provocarte una gingivitis. La suavidad es mucho más recomendable para llevar a cabo tu higiene dental de forma acertada.
- Usar palillos. Si se te ha metido algo entre los dientes, usa hilo dental o un cepillo interproximal. Un palillo no deja de ser un elemento de madera demasiado rígido con el que harás palanca entre dos piezas dentales favoreciendo su separación.
- Tomar agua con limón o morder un limón directamente. Existe la creencia de que tomando agua tibia con limón en ayunas el cuerpo puede mejorar su funcionamiento. Si, tras tomar un vaso, muerdes un limón directamente y te lavas los dientes, estarás esparciendo el ácido cítrico por toda la boca y atacando a tu esmalte dental de forma directa. Mejor esperar una hora antes del cepillado.
Como habrás comprobado, los distintos hábitos que quizás practiques diariamente no dejan de ser ataques continuos contra tu dentadura. Evítalos y comenzarás a notar los cambios desde el primer momento. Tus dientes están ahí para masticar comida y nada más. Cuídalos todo lo posible y no te olvides de visitarnos de forma periódica para que revisemos el estado de tu salud dental.