Aprendemos a comer a medida que nuestro aparato digestivo, renal y nuestra boca se van desarrollando. Seguro que esto lo tienes claro. No nacemos, por así decirlo, con la capacidad de ingerir alimentos sólidos. Por eso, te habrás fijado que si intentas darle a tu bebé algo sólido antes de cumplir los seis meses posiblemente lo rechazará. Es lo que se conoce como reflejo de protrusión de la lengua (también conocido como extrusión). Consiste en expulsar hacia fuera con la lengua los objetos y alimentos que se aproximan a sus labios. En contrapartida, todo lo que tu bebé interprete que pueda succionar será bienvenido. El chupete se asemeja al pecho de la madre y, por eso, tiene tanto éxito.
No es casualidad que, al mismo tiempo que ese acto reflejo va desapareciendo poco a poco, la primera dentición de leche comienza a brotar. Tu bebé estará entonces preparado para experimentar nuevos sabores y texturas, abandonar la monodieta de leche materna o fórmulas infantiles y pasar a tener una verdadera dieta infantil. Pero, ¿cuál es el orden correcto que debemos seguir para que nuestro bebé aprenda a comer alimentos sólidos?
Te hemos preparado un calendario que pueda servirte de guía fundamental. No olvides que con los bebés no hay normas fijas, así que observa a tu peque, apóyate en las pautas de medidas y combinaciones de alimentos que te ofrecerá tu pediatra y, si tienes dudas, anímate y consúltanos. En Udaberri sabemos por experiencia que una buena dieta infantil es parte fundamental de la salud bucodental y que aprender a comer bien desde la infancia proporciona unos dientes sanos y fuertes en edad adulta.
A los 6 meses:
- Cereales sin gluten en papilla.
- Frutas maduras como pera, manzana, plátano y naranja en zumo o compota.
- Verduras como patata, zanahoria, calabaza, calabacín y puerro hervidas sin piel y en puré.
A los 7 meses:
- Cereales con gluten en papilla.
- Zona magra y sin grasa ni piel de carnes como pollo y ternera hervidos y mezclados en purés.
A los 8 meses:
- Frutas como manzanas y peras crudas, peladas y ralladas.
- Pan para chupar.
- Carnes de pavo y conejo a la plancha y mezclados en purés.
A los 9 meses:
- Arroz blanco y pastas como el fideo o las estrellitas.
- Aceite de oliva en crudo.
- Yema de huevo si no hay alergias conocidas en la familia mezclada con sus purés.
- Quesitos bajos en grasa en purés y queso batido en compotas de frutas.
A los 10 meses:
- Pescado blanco hervido o al horno.
- Legumbres blandas como los guisantes hervidos junto al resto de verduras.
A los 11 meses:
- Queso rallado o en pequeñas lonchas.
A los 12 meses:
- Jamón serrano y las carnes más grasas como el cerdo y el cordero.
- Quesos tipo manchego.
- Huevos enteros.
- Pescado azul.
- Legumbres secas como lentejas, garbanzos o judías machacadas.
- Lácteos como leche de vaca, yogur, requesón, cuajada, flan o cremas.
- Sal, azúcar y miel.
A los 18 meses:
- Verduras como la col y la coliflor.
- Cebolla, el ajo y espárragos por su sabor muy fuerte.
- Espinacas, nabos y remolacha.
- Pasta y arroz integrales.
- Quesos grasos o curados.
- Chocolate o cacao.
- Patatas o pescado frito con moderación.
- Sal, azúcar y miel.
A los 2 años:
- Frutas exóticas como mango y piña, con pepitas como fresas y kiwi o con pelo como melocotón.
- Embutidos.
- Marisco y calamares.
A los 4 años:
- Frutos secos en pequeñas cantidades para evitar atragantamientos y roturas de piezas dentales.
- Bebidas carbonatadas y azucaradas.
- Bebidas energéticas.
- Bollería industrial.
- Chucherías y golosinas.
- Snacks dulces y salados.
- Zumos envasados ricos en azúcares.
- Abusar de alimentos ácidos.
Las revisiones deben comenzar cuando brotan los primeros dientes de leche. Los bebés necesitan tener las encías limpias, así que acostúmbrate a pasarles una gasita limpia después de cada toma para evitar las caries de biberón. Los dientes de leche requieren los mismos cuidados que los definitivos. Enseña a tu peque a cepillarse los dientes desde su infancia para que todo vaya sobre ruedas.