Vamos a dejártelo claro. No hay alimentos buenos o malos para los dientes a priori. El secreto está en saber disfrutarlos en su justa medida ya que el abuso de ciertos alimentos contribuye a que los dientes y muelas se deterioren, máxime si la persona que los ingiere no tiene un hábito de higiene férreo e inquebrantable. Por eso, tendemos a decirle a los más pequeños que no coman esto o lo otro. Pero, ¿qué hay de los mayores? ¿Te suena eso de darte un capricho o ser más permisivo con los peques durante el fin de semana?
Te contamos qué se desencadena en tu boca cuando comes alguno de los tres clásicos del fin de semana:
Unas patatas fritas acompañadas de una cañita, además de parecer inofensivo, es uno de esos pequeños placeres que casi todos nos damos, ¿verdad? Si a eso le sumas que son especialistas en meterse en cada rincón y en cada pequeño agujero, el resultado es una tormenta perfecta de bacterias en tu boca. No queremos amargarte el aperitivo pero tienes que saber que las patatas fritas contienen mucho almidón lo que desencadena el triángulo odioso ácido-placa-caries. Nuestra recomendación que limites o cambies de acompañamiento pero, si eres muy fan de la cañita con patatas fritas, por favor, no olvides lavarte los dientes y pasarte el hilo dental lo antes que puedas.
Primas hermanas de las patatas fritas, son una bomba para todo el cuerpo en general porque son ricas en carbohidratos y azúcares, pero, además, hay que añadir que la palomita parte de un grano, es decir, algo duro. Te ponemos en situación: cine (o salón de casa), oscuridad, comes sin quitar la vista de la pantalla porque la peli está en lo mejor y –nunca mejor dicho-zasca en toda la boca…no será la primera vez que alguien viene a la consulta con un diente astillado porque ‘pilló’ una palomita sin hacer. Además, la sensación de tener restos de palomitas por toda la boca es más intensa y, por tanto, la necesidad de cepillar tus dientes cuanto antes también.
Las chuches de toda la vida con las que en algún programa se cocina y todo (¡OMG!). Son azúcar puro, y al ser pegajosas, se mantienen más tiempo en tus dientes por lo que son un foco importante de caries. Nos ponemos muy pesados con los más pequeños y se las racionamos porque sabemos del efecto nocivo que pueden tener en sus bocas, pero de mayores parece que desarrollamos algún súper poder que hace nuestros dientes indestructibles…y no. ¡Ah! Y da igual que escojas de las que no tienen un baño de azúcar por fuera o que te decantes por un caramelo.
Es verdad que estos últimos no son pegajosos, pero están mucho más tiempo en tu boca por lo que el efecto nocivo es el mismo. Y si te da por morderlo, podemos tener otro problema grave: diente fracturado. De nuevo, en cuanto puedas, lávate los dientes. Es la mejor defensa. Bueno, y tu autocontrol porque cada cinco días…es fin de semana.