El hecho de que los dientes de leche tengan fecha de caducidad hace que algunos padres y madres tengan muchas dudas acerca de su mantenimiento y cuidado. Como seguramente ya sabrás, disfrutamos de la primera dentición entre los seis meses y 12 años aproximadamente. En ese periodo de tiempo, y a medida que vamos contando con más piezas dentales, pasamos de succionar a aprender a morder, cortar, desgarrar y triturar la comida, es decir, a masticar.
No obstante, a partir de los seis años comienza a producirse el recambio. Los dientes de leche o temporales serán poco a poco sustituidos por la dentición definitiva. Si todo va bien la conservaremos la mayor parte de nuestra vida en buen estado, pero si no hemos cuidado nuestros dientes de leche o no hemos trabajado hábitos saludables en la infancia, es muy posible que tengamos problemas de caries, enfermedades periodontales o incluso pérdidas dentales. ¿Por qué? Te lo explicamos.
Los dientes de leche no sólo pueden padecer caries, sino que si no la tratamos afectarán a los dientes definitivos. Tal y como explican desde la Sociedad de Odontopediatría Española «si existe una infección en los dientes de leche, los dientes permanentes -que se encuentran justo por debajo- se verán afectados. La caries es un tipo de infección que. si no se frena, va horadando el diente y llega a la encía. De ahí a la, por así decirlo, semilla del diente definitivo sólo hay un paso. Si observas el dibujo que tienes justo debajo lo tendrás mucho más claro.
Si te estás preguntando si es posible empastar un diente de leche, te diremos que, además de ser posible, es necesario si queremos, por un lado, salvar ese diente, y por otro, salvaguardar el espacio natural para que el diente definitivo brote con naturalidad y en su espacio justo.
Nuestras piezas dentales ocupan un espacio único en la boca. Eso es lo que nos hace tener una sonrisa armónica y, lo que es más importante, una mordida correcta. Al igual que los dientes de leche tienen un orden de salida tienen también un orden de caída. Si alteramos ese orden natural, tenemos que asegurarnos de mantener el espacio. Imagina que tu peque se cae y pierde un diente accidentalmente. Por desconocimiento, muchos padres creen que no tiene demasiadas consecuencias si es un diente de leche. Sin embargo, el diente definitivo se queda sin guía. Lo mejor es colocar en consulta un sencillo mantenedor de espacio para que no salga torcido.
Un desarrollo dental normal equivale también a un desarrollo del habla también normal. El aprendizaje del lenguaje y la pronunciación están muy ligados a la lengua y los dientes. Si perdemos dientes de leche antes de lo que nos corresponde es posible que influya en nuestra capacidad de comunicarnos correctamente.