Si eres madre o padre, sabes que tus hijos aprenden más por lo que ven que por lo que les dices.
En los primeros años de vida, los niños imitan casi todo lo que hacen sus figuras de referencia. Y la salud bucodental no es la excepción.
A veces, realizamos acciones perjudiciales para nuestros dientes sin darnos cuenta, pero cuando vemos a nuestros hijos copiándolas, nos damos cuenta de su impacto.
Hoy queremos ayudarte a identificar esos hábitos poco saludables que es mejor evitar, no solo por tu bienestar, sino también para que los más pequeños de la casa no los adopten como normales.
Contenido
1. Usar los dientes como herramientas
Abrir bolsas, botellas, cortar hilo o incluso romper cáscaras con los dientes son gestos más comunes de lo que pensamos.
Este tipo de acciones puede causar fisuras, desgaste del esmalte o incluso fracturas dentales.
En el caso de los niños, estos gestos pueden ser especialmente perjudiciales, ya que sus dientes y encías aún están en desarrollo.
Enséñales, desde pequeños, que los dientes son solo para comer, y utiliza utensilios adecuados como tijeras para las tareas del día a día.
2. Hurgarse los dientes con palillos
Aunque parezca inofensivo, usar palillos de madera para quitar restos de comida puede dañar las encías, ensanchar los espacios interdentales e incluso afectar a piezas con caries.
Este gesto también da un mensaje confuso a los niños: si mamá o papá lo hace, ¿por qué no puedo hacerlo yo?
El resultado puede ser que tu hijo empiece a usar palillos… y se salte el cepillado.
Solución: Utiliza cepillos interdentales o hilo dental, y muéstrales cómo se hace correctamente.
3. Morderse las uñas (onicofagia)
La onicofagia es un hábito con múltiples consecuencias negativas:
- Daña el esmalte de los dientes.
- Aumenta el riesgo de infecciones orales.
- Puede alterar la alineación de los dientes si se prolonga en el tiempo.
Además, los dedos y las uñas acumulan gérmenes, por lo que llevarlos a la boca implica introducir microorganismos directamente en la cavidad oral.
Aunque este hábito tiene un componente emocional o ansioso, muchos estudios coinciden en que puede comenzar en la infancia por imitación. Si tú te muerdes las uñas, será más difícil que tu hijo no lo haga.
4. No lavarse los dientes delante de ellos
Puede parecer un detalle sin importancia, pero los niños aprenden más por observación que por indicaciones.
Si ven que cepillarse los dientes después de cada comida es una costumbre familiar, lo adoptarán como algo natural.
En cambio, si no ven ese ejemplo, no entenderán la importancia real de la higiene bucodental.
Consejo: Cepíllate los dientes junto a ellos, sobre todo durante los primeros años. Guíalos, acompáñalos y asegúrate de que utilizan una técnica adecuada.
5. No renovar el cepillo con regularidad
Un cepillo desgastado no solo pierde eficacia, sino que puede acumular bacterias. Todos deberíamos cambiar el cepillo de dientes cada tres meses, y en el caso de los niños, adaptarlo a su etapa de crecimiento.
Una forma sencilla y positiva de reforzar el hábito es transformar el cambio de cepillo en una experiencia motivadora: déjales elegir su nuevo cepillo o hazlo coincidir con momentos especiales, como el inicio del curso escolar o su cumpleaños.
Transmitir buenos hábitos dentales empieza en casa
Educar con el ejemplo es una de las herramientas más eficaces que tenemos como madres y padres. En salud bucodental, eso significa cuidar nuestros propios hábitos para que nuestros hijos puedan aprender de ellos sin darse cuenta.
En Clínica Dental Udaberri, te ayudamos a establecer rutinas saludables para toda la familia.
Revisiones periódicas, consejos personalizados y seguimiento desde la infancia son la clave para una sonrisa sana y duradera.