No es ningún secreto que la ortodoncia es un tratamiento cada vez más demandado. No solo porque mejore la estética de la sonrisa, sino porque, afortunadamente, empezamos a ser conscientes que la salud general también reside en nuestra boca. El hecho de que tus dientes encajen mal, no muerdas bien, los tengas apiñados y torcidos, separados o excesivamente salidos no es solo un problema de imagen. No solo pueden ser la base de problemas dentales, sino también de patologías que van mucho más allá de tu boca. En estos cuadros puedes ver las que observamos con más frecuencia en Clínica Udaberri.
- Caries e infecciones más frecuentes porque te resulta difícil limpiarte los dientes.
- Desgaste desigual de las piezas dentales. Seguramente estarás sobrecargando una zona o una serie de dientes.
- Bruxismo agravado por una maloclusión (la arcada de dientes superiores no coincide con la de abajo al morder).
- Pérdida prematura de dientes por todas las razones anteriores.
- Dolores de espalda y cervicales por la sobrecarga de toda la musculatura cercana a la boca.
- Dolores de cabeza y oídos relacionados con tensión en la articulación temporomandibular.
- Problemas de estómago al no masticar bien la comida y tener digestiones más pesadas.
Si ya tienes claro que necesitas un tratamiento de ortodoncia, quizás sea la hora de que conozcas las opciones que tienes disponibles. No olvides, no obstante, que tu boca es única y quienes podemos aconsejarte mejor somos los ortodoncistas. En otros post de este blog, te hemos explicado ya alguna cosas de las dos dos grandes técnicas que existen: la ortodoncia vestibular (la que colocamos por la parte externa de tus dientes) y la ortodoncia lingual (la que colocamos por la parte interna de tus dientes). Por si quieres echar un vistazo, aquí los tienes:
En esta ocasión queremos centrarnos en la que, a pesar de todo, sigue siendo la opción más extendida: los brackets. Hay muchas pacientes que, por cuestiones económicas o simplemente porque su imagen no es un condicionante a la hora de elegir, optan por llevar brackets a la vista. Te hemos preparado una infografía (abre este post) para que veas las principales diferencias entre los dos grandes grupos de brackets con gomas o ligaduras y de autoligado.
En las imágenes puedes ver cómo quedan los brackects metálicos con gomas y cómo quedan los brackets metálicos de autoligado. Aunque a nivel de estética, no parecen apreciarse grandes diferencias, sí podemos darte varios argumentos para decantarte por una u otra técnica. Apunta:
Lo habrás oído, seguro, pero nosotros te lo repetimos. El bracket de autoligado es la evolución del bracket de ligadura y, por tanto, es lógico pensar que ofrezca, por así decirlo, más prestaciones. Nuestra directora de clínica, Adirane Guerra, lo sintetiza en una frase: «El bracket de autoligado es más limpio, más rápido, duele menos y nos da más anchura para trabajar. Con menos fuerza, conseguimos más movimiento del diente por lo que también, por norma general, logramos acortar la duración del tratamiento«. Estas características se resumen en una mayor comodidad para ti que lo vas a llevar durante algún tiempo y para el equipo médico que tendrá que enderezar tus dientes hasta llevarlos a su posición natural.
¿Entonces por qué no todo el mundo opta por un bracket de autoligado? Principalmente por un tema económico, pero también por consejo médico. En el caso de nuestra clínica, «aconsejamos a adolescentes y preadolescentes un bracket metálico de ligaduras y a medida que el paciente es más mayor el autoligado es mejor opción«. En cuanto al precio, cabe subrayar que el tratamiento con brakects de autoligado es un 11% más caro que con gomas o ligaduras. A cambio de ese ligero sobrecoste, notarás menos rozaduras, avances más rápidos en tu tratamiento con menos visitas y un mantenimiento y limpieza más sencillos. En ese sentido, uno de los caballos de batalla de los brackets con ligaduras es la higiene debido a que las gomas retienen más restos de comida y, por tanto, se acaba generando más placa dental.
Olvídate de que el hecho de llevar brackets a la vista te obligue a elegir el bracket metálico de toda la vida. La cerámica o el zirconio están indicados en casos en los que necesitamos una ortodoncia con brackets, pero queremos que éstos sean lo más discretos posible. Corre la leyenda de que son menos duros y los de cerámica tienen el ‘san benito’ de que se caen. Lo leerás en foros. Te aconsejamos que no hagas demasiado caso porque no tienen por qué caerse. Eso sí, estas dos opciones son más caras que un bracket metálico y alargarán tu tratamiento entre 2 y 3 meses.